No nos molesta el amor cuando nos llega de repente, ni nos absorta su manto de piedad en nuestras trémulas presencias. La distancia entre cuerpos, el sonido de sus voces, la danza macabra de palabras referidas al tiempo y a la nostalgia, al realismo y a la esperanza.
Valdra la pena entregarle a otro ser vivo, la presencia de tus latidos?
El mundo no se detiene. Sigue girando. Como vos y como yo. Crecer ser trata de eso. De admitir el momento y las personas que te acompañan, elegir que es mejor, que nos hace bien y que nos daña, saber que estar detras de quien no aprecia nuestro afecto, de quien no nos corresponde nos lastima por dentro y afecta a quienes si nos esperan.
Cuantas veces te mojaste por alguien que siempre esta seco?
Cuantas veces dijiste te quiero y recibiste un gracias?
Cuantas veces esperaste un abrazo y solo hubo un apretón de manos?
Crecer es saber el momento oportuno para despedirse, para marcharse, para distanciarse aunque los kilometros nos separen.
Ya no hay tiempo de lamentos.
Ya no hay tiempo.
Ya no hay.
Ya no.
Ya.
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