jueves, 20 de octubre de 2016

Mañana de Lluvia

Me encanta ver el ventanal mientras las gotas de lluvia, que lerdas y austeras, se convierten en impasibles pero certeras herramientas de hastió para las calles que, por displicencia oportuna, se convierten en lodazales dignos de un cuadro abstracto.
La brisa matuina enciende lo mas oscuro de mi herida entreabierta, el constante rugido de mis penurias hacen eco en las paredes sordidas de mi conciencia alborotada.
Quiero estar alli fuera, quiero que mi alma se desate en ictericias caravanas. Acostumbrarme al manto de piedad que me incinera. ¿Debo ser yo o el universo conspira en mi contra?
Una sinfonia. Los geranios del jardin. Tu sonrisa en el espejo.
¿Hay algo mas placentero que verte mojada tras ese chaparron?
La tormenta ha terminado, premio mayor para quienes sufren el remordimiento desesperado de alejarse de unos tenues besos, en un claro puedo ver, sin temor a equivocarme, que vas a dejarme solo otra vez.

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