miércoles, 24 de febrero de 2016

Atardecer

Palidecia el ocaso naranja sobre la discordia de una tarde parsimoniosa, el reverdecido jardin de jazmines y margaritas impavidas se inundaba de gracia por los ultimos suspiros de un sol que agonizaba lentamente. La brisa refrescaba el magico degrade que yacia tendido en un cielo poseido por la malicia de las horas. Un leve zumbido, la danza macabra del preludio oscuro de una sumida intranquilidad, resonaba como el eco profundo de la ternura fugaz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario